Si respondió SÍ a alguna de las 6 preguntas anteriores:
¿POR QUÉ EL DOLOR SE PERPETUÓ EN SU CUERPO?
El dolor, original y naturalmente es un mecanismo de alerta y defensa ante agentes que tengan el potencial de dañar nuestros tejidos (ligamentos, tendones, músculos), sin embargo, cuando estos agentes dañinos son de baja intensidad, es decir, no muy dolorosos, pero que se presentan de forma repetitiva o continua, pueden llegar a enfermar nuestros tejidos de manera “silenciosa”, ya que se genera una incorrecta reparación de los mismos. Un ejemplo de este caso, es el de estar mucho tiempo sentado (frente a la computadora), parado (en un mostrador) o hacer actividades con movimientos repetitivos por largos periodos de tiempo (quehaceres del hogar, uso del celular). Muchas veces pensamos que si no nos movemos, no nos lesionamos, pero actualmente se sabe que las posturas sostenidas son la génesis de la mayoría de las lesiones músculo esqueléticas crónicas. El otro escenario y muchas veces complementario al anterior, es cuando sufrimos una agresión de mayor intensidad (por cargar o mover objetos pesados, golpes o movimientos de cizallamiento o latigazo), pero no tomamos las medidas adecuadas para la recuperación, enfermando también al tejido. En ambos casos el dolor pasa de ser un mecanismo de alerta o defensa, a ser una enfermedad por sí misma, agregándose en ocasiones, mecanismos de sensibilización, es decir, dolor que se percibe incluso lejano al sitio de la lesión inicial. En resumen, cuando una lesión no se repara correctamente en tiempo y forma, el tejido lesionado se enferma y se perpetua, dando lugar a un dolor crónico.
¿QUÉ HAY QUE HACER SI USTED LLEVA MENOS DE 3 MESES CON DOLOR?
Cuando tenemos una lesión aguda, es decir, de días o semanas de evolución, es común que cometamos algunos de los siguientes errores en el manejo de la misma, lo que conllevará a tener una deficiente recuperación de los tejidos y la posibilidad de que se cronifique, entre estos errores tenemos: tomar medicamentos antiinflamatorios de manera indiscriminada, ya sea por muchos días o a altas dosis, incluyendo inyectarse antiinflamatorios potentes, ya que inhiben la inflamación de forma considerable, sin embargo, la función natural de ésta, es reparar el tejido dañado, así que más que bloquear la inflamación, habría que modularla con otros fármacos o agentes físicos. Otro error común es el de: no guardar el reposo adecuado y por el tiempo recomendado dependiendo del tejido lesionado, no es lo mismo una lesión de músculo que se repara relativamente rápido a una lesión de tendón que es mucho más lenta; este error sabemos que muchas veces se debe a que las personas no pueden dejar de ir a trabajar o simplemente no pueden dejar de hacer sus actividades cotidianas o también porque la persona tiene un umbral alto al dolor y no le genera la molestia necesaria para disminuir su movilidad. Situaciones que se deben considerar buscando alternativas de reposo relativo o generar una mínima carga al tejido lesionado. Y por último y no menos importante, hay un factor que se debe considerar siempre y es el que las personas tienen en ocasiones un terreno biológico deficiente (déficit de hormonas, vitaminas, minerales, neurotransmisores) muchas veces debido a malos hábitos o tener una predisposición genética para lesiones de tejidos que tienen colágeno como son prácticamente todos los del sistema músculo esquelético. Este factor cobra importancia a la hora de la reparación de los tejidos y sumado a los demás errores mencionados, propician lesiones recurrentes o crónicas. En resumen, la respuesta es: 1. tratar de evitar los errores mencionados, 2. modificar nuestros malos hábitos y 3. acudiendo con un especialista en dolor músculo esquelético de forma temprana y oportuna.
¿POR QUÉ SE REQUIERE DE REHABILITACIÓN FÍSICA ESPECIALIZADA Y NO SOLO DE FISIOTERAPIA CONVENCIONAL?
Primero habría que decir y aclarar que la rehabilitación física especializada no se refiere exclusivamente a tener equipos de “alta tecnología”, los cuales pueden ayudar, pero no resuelven en todos los casos las lesiones crónicas y menos si se aplican de manera aislada, ya que cuando el dolor es crónico, se han echado a andar mecanismos distintos a los habituales en el proceso de reparación de los tejidos, con alteraciones a diferentes niveles: histológicos, en los tejidos blandos (ligamentos, tendones, fascia) específicamente en fibras de colágeno, las cuales se encuentran desorganizadas y con formación de nuevos vasos sanguíneos, eléctricos y químicos, en los tejidos neurales (nervios periféricos) los cuales presentan despolarización (umbral bajo) y alteración en los canales de la membrana (inundación del nervio), por lo que el manejo tiene que ir más allá de terapias unimodales y paliativas. El abordaje del dolor crónico debe ser, dada su complejidad: individualizado, polimodal, integrativo y multidisciplinario, con utilización de terapias bioreguladoras y regenerativas que promuevan la desensibilización, modulación y autoreparación de los tejidos; es así que se conforma un manejo especializado y la aplicación de sus técnicas requieren de un entrenamiento previo, con un amplio entendimiento de los tejidos neuro-músculo-esqueléticos, el cual, hay que decirlo, es un sistema complejo como cualquier otro (cardiopulmonar, digestivo, etc.) y que debido a la naturaleza de las terapias, solo pueden ser aplicadas por personal médico especializado.